Parábola Staff.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 24 de Agosto de 2024.
En los últimos años la situación de la violencia en Chiapas a pasado de lo anecdótico a la constante alarma y sensación de pánico generalizado.
Se dice, entre la jerga popular, que Chiapas pasó de ser un Estado por el que podías transitar con seguridad a cualquier hora, a ser un territorio donde se desnudan a la luz del día, las prácticas más lascerantes de la actividad criminal.

Homicidios, secuestros, desplazados, levantones, embolsados, tableados, reclutamiento forzado, desapariciones y enfrentamientos, es el común denominador que inunda el día día en Chiapas.
Existen zonas geopolíticas de la entiendad, que se encuentran, desde por lo menos hace tres años, en un permanente conflicto entre los grupos criminales que se disputan el control de las plazas territoriales para la actividad criminal: la zona de la sierra y el embudo que se forma en la región Metropolitana, donde carteles de la delincuencia mantienen una cruenta guerra.
Ante la dinámica de la violencia permanente, las instituciones de seguridad y de procuración de justicia se mantienen atadas y en un silencio absoluto, mientras los índices de violencia incrementan.
De acuerdo a datos oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Chiapas, en lo que va del año 2024, dos delitos se han incrementado de manera exponencial: Los homicidios dolosos y las desapariciones forzadas.

La estadística oficial reporta al menos 420 homicidios dolosos de enero a julio del 2024, el cual representa un aumento del 60% en comparación con los homicidios dolosos del año pasado en el mismo periodo, los cuales fueron 259, esto significa que hubo un aumento de 155 homicidios más.
De acuerdo a un Reporte elaborado por el Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los municipios donde más homicidios dolosos se cometieron en julio del 2024 fueron: Tapachula, Suchiate y Huixtla.
Por otro lado, cifras oficiales señalan que en los primeros 7 meses del año 2024, se han registrado 163 desapariciones forzadas, 63 más, en relación con las reportadas el año pasado en el mismo periodo, las cuales fueron 100.
Pero existe una cifra negra, al menos unas 480 denuncias por desapariciones forzadas que abarcan los años 2021,2022 y 2023 aún no han sido resueltas por la
Fiscalía General del Estado y permanecen en una dilación permanente en cuanto a su esclarecimiento.
El 80% de estas denuncias de personas desaparecidas, corresponden a contextos de desapariciones forzadas y están relacionadas con algún grupo criminal documentado en Chiapas.
El mapa de calor, señala que, el semáforo rojo (que representa los delitos de alto impacto) se concentra en los municipios de Pantheló, Jiquipilas, Mapastepec, Cintalapa y Villacorzo, municipios que pertenecen a estas zonas geopolíticas en disputa por el grupos criminales.
La actividad criminal que se vive en Chiapas ah permeado las estructuras sociales más sensibles.
Por primera vez, se registraron de manera oficial, la detención de 4 adolescentes en 2024, vinculados a un grupo criminal que operaba en la ciudad capital de Chiapas, mismos que fueron detenidos dentro de un bien inmueble con posesión de armas de uso exclusivo del ejército y relacionados a varios eventos de homicidios en la capital. 03 adolescentes son originarios del Estado de Jalisco.
De acuerdo a fuentes oficiales, es importante destacar que, los delitos de homicidios dolosos y desapariciones forzadas denunciados ante la Fiscalía General del Estado de Chiapas, pasan por un riguroso filtro administrativo, para que sean reportados ante el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El grueso de los delitos denunciados son registrados, estratégicamente, en una base de datos local de la Fiscalía, que no son reportados a nivel federal, para no elevar la incidencia delictiva.
En los últimos dos años, la Fiscalía General del Estado, emite informes y boletines, relacionados a delitos de bajo impacto.
Pese a que los datos oficiales no corresponden a la realidad y las instituciones insisten en minimizar la crisis de seguridad que azota a Chiapas, la transición del nuevo gobierno electo ha dado apenas algunos atisbos sobre cuál será la estrategia que habrá de implementar para dar resultados en este rubro.