Parábola Staff.
El nuevo Coronavirus encontró en México un país no sólo enfermo en diabetes, hipertensión, sobrepeso y tabaquismo que ha cobrado la muerte de más de 40 mil ciudadanos mexicanos, según cifras oficiales del gobierno federal. También encontró un país con un sistema de salud pública debilitado y saqueado durante muchos años.
Desde las primeras semanas de la pandemia en México y en Chiapas, personal de salud demandó más y mejores insumos para enfrentar la batalla, sin embargo, dichas demandas no hicieron eco en las autoridades y echaron a andar la maquinaria de salud faltos de insumos y con una infraestructura hospitalaria endeble.
Pese a lo anterior, el sector médico consiguió muchos resultados importantes frente a un virus prácticamente desconocido que urgía a volverlos creativos para la atención de los casos.
Así llegó una segunda batalla, el de la discriminación y estigmatización. En todo el territorio mexicano surgieron casos de agresiones hacia médicos y enfermeras al grado tal de manifestarse y solicitar el apoyo solidario de la ciudadanía.
En Chiapas, algo similar sucedió, pero aún más grave, además de la falta de insumos que demandaron personal del sector público, se sumó también la estigmatización proveniente del responsable de la Salud Pública en Chiapas.
Pronto, el titular de la Secretaria de Salud en Chiapas, José Manuel Cruz Castellanos perdió credibilidad ante la ciudadanía por el mal manejo de la pandemia, la poca transparencia de sus resultados y un desencuentro con los sindicatos del sector salud.
Sus cifras ya no eran sostenibles frente a una realidad de casos y muertes asociadas a Covid-19 que rebasaban el registro oficial. Consecuentemente, sus cada vez menos concurridas ruedas de prensa, fueron canceladas por el titular del Ejecutivo en Chiapas.
Por otro lado, el Hospital de Especialidades «Vida Mejor» perteneciente al Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores de Estado de Chiapas, mejor conocido por sus siglas como Isstech, fue habilitado para atender casos asociados a Covid-19 a principios del más de mayo, ante el colapso prematuro de la red hospitalaria pública.
De esa manera se creo el «Área Covid» del Isstech, donde eran y siguen siendo atendidos derechohabientes infectados. Pero además de ellos, también comenzaron a atender a servidores públicos de primer nivel, familiares y amigos de la clase política que ahora gobierna en Chiapas.
De ese contexto surgió un nombre, Gerardo Vicente Grajales Yuca, médico urgenciologo jefe del área de urgencias y encargado del área Covid, que atendió a decenas de pacientes infectados por el virus, entre ellos, a la madre del actual Gobernador, al Secretario de Protección Civil, al Secretario de Gobierno, y a Miguel Arturo Ramírez López, líder de un partido local creado durante el sexenio de Manuel Velasco, que falleció internado al no responder favorablemente a la enfermedad.
Dentro del tiempo que Grajales Yuca atendió a la madre del Gobernador, éste le refirió la falta de insumos y medicamentos por la que atravesaba el Instituto, con el afán de que fuera portavoz de tan lamentable situación y pudiera trasmitir el mensaje directamente a su hijo Gobernador.
Consecuentemente, el titular del Ejecutivo al enterarse, llamó la atención a los encargados de la salud pública para atender la situación, entre ellos a José Manuel Cruz Castellanos, quién en un acto colérico desató su enojo contra el joven médico Grajales Yuca, convenciendo a los familiares de Miguel Arturo Ramírez de demandar penalmente al encargado del área Covid del Isstech.
El fin de semana pasado transcendió la detención del urgenciologo por elementos de la Fiscalía General del Estado por el delito de Abuso de Autoridad y fue puesto a disposición de un juez penal. La Fiscalía emitió un boletín donde asegura que es perseguido penalmente por solicitar equipos e insumos a los familiares del político muerto, para tratar la enfermedad pese a que el Isstech cuenta con ellos.
Testimonios de familiares de derechohabientes internados en el Isstech por Covid-19 y consultados por este portal, han referido que la solicitud de medicamentos era una práctica recurrente en el nocosomio, pero que de un día para otro dejaron de solicitarlos y colocaron letreros en diferentes áreas del hospital «Vida Mejor» prohibiendo dicha práctica.
Los trabajadores de la salud enfrentan hoy una nueva batalla, la embestida del aparato punitivo. Pero también se abre un nuevo frente para el Gobierno que encabeza el morenista Rutilio Escandón Cadenas, pues desde las primeras horas de este lunes, sindicatos, colegios y trabajadores de la salud en el Estado y del país, iniciaron una protesta contra la detención, que para ellos es a toda luz arbitraria, de su colega y compañero el doctor Gerardo Vicente Grajales Yuca.
Ya veremos cómo se libra esta batalla y en qué concluye este capítulo innecesario para la vida pública de nuestro Estado.
Apuntes: A 4 meses de la pandemia en Chiapas, 42 trabajadores del sector salud han muerto por Covid-19, al permanecer en la primera línea de atención de particulares que han enfermado del virus.